miércoles, 25 de abril de 2012

Hay que ser pragmático

Casi había olvidado lo mucho que me gusta ir al cine y lo mucho que se puede llegar a sentir desde la oscuridad de una sala. Cuando una tiene poco tiempo para satisfacer sus necesidades cinéfilas, escoger una película se convierte en un reto importante e incluso estresante. La decisión final ha estado entre Intocable y La Pesca del salmón en Yemen y sinceramente me ha encantado mi elección. Desde Pequeñas mentiras sin importancia que no había tenido esa sensación de haber visto una gran película. Me he reído sin complejos, a menudo se me olvidaba que compartía la sala con más gente, he llorado, porque no puedo evitar, si la película es buena, meterme en la historia, sentir a los personajes, vivir su vida durante unos instantes, más que intocable el film toca de lleno tu sensibilidad y a menudo te sientes Phillipe como te pones en la piel de Driss. Un BRAVO en toda regla. La película está llena de momentos para recordar, pero mejor que te la cuenten es ir a verla.

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